Si analizamos los datos se ve una clara tendencia a la disminución, pero debemos recordar que durante la pandemia las organizaciones internacionales cambiaron su forma de trabajar, por ello las autoridades no han logrado identificar las nuevas formas de trata haciendo más difícil su desmantelamiento.
Aunado a ello el flujo constante y desmesurado de “pateras” en la frontera sur ha hecho colapsar los servicios de asistencia gubernamentales y de los organismos internacionales que operan en la zona provocando que el protocolo correspondiente no se aplique y por lo tanto la identificación de las víctimas no se esté realizando.
¿Qué hace España para contrarrestar la trata de personas?
Desde el Ministerio del Interior se creó la Estrategia Nacional contra el Crimen Organizado y la Delincuencia Grave (2019-2023) que contempla, como una de sus prioridades, la lucha contra la trata de seres humanos.
Dentro del plan se contempla la necesidad de desarrollar las herramientas y mecanismos para una detección temprana de las víctimas, incluyendo determinados contextos complejos como pueden ser los de las llegadas irregulares en frontera. Así mismo, el plan intenta mejorar los mecanismos de identificación de las víctimas contando con la colaboración de las entidades especializadas de la sociedad civil como una prioridad para que luego puedan derivarlos a terceros para facilitar su asistencia, recuperación, reinserción, compensación y reparación.
España ha entendido que la cooperación y la coordinación son dos elementos de carácter trasversal que deben asentarse sobre un enfoque multidisciplinar y multisectorial para potenciar la cooperación internacional con los países de origen y tránsito de las víctimas como estrategia base del ataque a la trata de personas.
Además, España como miembro de la UE se ha unido en el Consejo de Europa en la aprobación de “Convenio del Consejo de Europa sobre Lucha contra la Trata de Seres Humanos”, conocido como el Convenio de Varsovia, que regula las acciones frente a la trata en cuatro grandes pilares: prevención, persecución, protección y cooperación, tanto internacional como con la sociedad civil.
El Convenio de Varsovia innova en la materia e introduce por primera vez la figura del Relator o Ponente Nacional, quien se encarga a nivel nacional “del seguimiento de las actividades de la lucha contra la trata realizadas por las instituciones del Estado y del cumplimiento de las obligaciones previstas por la legislación nacional.” Así mimos, creó uno de los mecanismos de seguimiento de la aplicación del convenio: el Grupo de expertos en la lucha contra la trata de seres humanos (GRETA) y el Comité de las Partes.
Otro instrumento del que forma parte España es la Directiva 2011/36/UE, que desarrolla la Estrategia de la UE para la erradicación de la trata de personas (2012/2016), que tiene como objetivo la elaboración de una política multidisciplinar y coherente para luchar contra la trata con la ayuda de los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad civil de la UE y en terceros países. Se estableció cinco prioridades que deben regir incluso las acciones nacionales:
• Detectar, proteger y asistir a las víctimas de la trata de seres humanos,
• Reformar la prevención de la trata de seres humanos.
• Perseguir más activamente a los tratantes,
• Mejorar la coordinación y cooperación entre los principales interesados, así como la coherencia de las políticas en esta materia.
• Conocer mejor y responder eficazmente a las nuevas relaciones con todas las formas de tata de seres humanos.
La Directiva anterior es complementada con la Estrategia Europea sobre la lucha contra la trata de seres humanos 2021-2025, que busca avanzar en la materialización de nuevos esfuerzos para lograr una acción más efectiva sobre este delito y una mejor protección y asistencia a sus víctimas.
Ya existe el marco legal y estratégico para que España actúe, el problema es que se ha quedado en papel, su implementación dista mucho de lo que debería ser, lo que puede llevar a convertirla en un “país paraíso” para las organizaciones criminales si no se da cumplimiento cabal y real a los instrumentos legales.
Los programas de cooperación europea en el continente africano no están rindiendo sus frutos, pues no es posible que cada día se incremente el número de personas que desembarcan en la costa sur y en las islas de Europa, es descomunal que en poco tiempo llegan tantas personas como nunca había ocurrido. Además, las autoridades no están trabajando en controlar las organizaciones criminales que operan en el norte de África y en el mar mediterráneo, es evidente que el “negocio” en esa zona está dando buenos frutos y sin control de las autoridades. Por eso me pregunto, ¿Qué están haciendo los países de Europa y las autoridades europeas para controlar estas migraciones irregulares? ¿Cuándo se han reunido con los países del norte de Africa para generar programas y procesos regulatorios de la migración? ¿Interpol qué está haciendo para ayudar a los cuerpos de seguridad europeos para la detección y detención de los miembros de las organizaciones criminales? Nada, estamos poniendo paños de agua caliente en una herida que pinta mortal.
¿Cómo mejorar?
Lo principal en el tema español y en los países europeos del Mediterráneo es garantizar asistencia y protección de las víctimas de forma inmediata, generar procesos de acceso rápido a la justicia y crear un espacio con proceso especial para los menores de edad no acompañados.
Debe darse cumplimiento al Convenio de Varsovia y a la Directiva europea donde se establece la obligación a los Estados de que las víctimas sean identificadas y tratadas por autoridades competentes que cuenten con personal formado y cualificado en la prevención, lucha contra la trata y la asistencia a las víctimas, con personal especial sólo para los menores. Aplica directamente a la situación actual de la frontera sur de España, se debe adaptar el espacio de atención a las personas que llegan en pateras y no dejarlas salir o trasladarlas hasta que el protocolo se haya cumplido a cabalidad y se le haya brindado no solo la ayuda humanitaria que amerita la situación sino también identificar si existe o no trata de personas.
Para ello es importante que se creen in situ lo siguiente:
• Creación de una base de datos unificados y sistematizados para corregir los déficits de las estadísticas oficiales y poder precisar la magnitud de la trata de personas en España que integre a todos los cuerpos de seguridad, los organismos internacionales con sede en el país y las ONG especializadas en el tema.
• Establecer un protocolo riguroso, de conocimiento de todo el personal que labora en frontera (aérea, terrestre y marítima) con mecanismos adecuados para detectar e identificar a las víctimas desde su llegada a las fronteras. Incluso me atrevo a decir que se requiere una “check list” de puntos clave que puedan dan indicios de que estamos en presencia de trata o tráfico que debe ser aplicado a todos de forma individual y secreta, para que quienes den indicios de posible víctima puedan ser trasladados a otra zona con personal más especializado que los pueda atender y llevar su caso. Las planillas deben estar en el idioma originario de la persona, lo cual mejora la comunicación y no entrar errores por temas culturales/lingüísticos. Para ellos las autoridades deben facilitar que especialistas en derechos humanos y trata contacten con las personas recién llegadas en un contexto de confianza y tranquilidad y con apoyo de intérpretes y mediadores culturales.
• Generar programas/ actividades de trabajo con un enfoque multidisciplinar y multiagencia para incluya a los organismos de la ONU (ACNUR, UNICEF, OIM, etc.), las ONG especializadas y demás entidades de la sociedad civil para ayudar en la difusión de los derechos a las personas migrantes y refugiadas, así como para activar los instrumentos de protección necesarios. Cada organismos u organización que está in situ tiene un personal especializado en distintas áreas pero que entre ellos se complementan, por eso es importante que en reuniones semanales o periódicas se distribuyan las acciones, actividades, proyectos, seguimientos, etc., entre ellos y que notifiquen al resto de integrantes de los retos, trabas, avances, retrocesos o información nueva con que cuentan, de esta manera se evitará la duplicidad de funciones y de presupuestos, pudiendo abarcar a más personas y con mejor distribución de los limitados recursos con los que cuenta.
• La protección de la víctima se tiene que desvincular de la denuncia o colaboración de la víctima. Las unidades policiales competentes para la identificación formal no deben instrumentalizar a las víctimas en sus investigaciones pues muchas de ellas se sienten amenazadas ellos o sus familiares, por ellos las actuaciones pueden ser perfectamente de oficio sin requerir una denuncia expresa de las víctimas.
• Hay que garantizar el acceso de las víctimas menores de edad a los servicios adecuados de alojamiento, educación y asistencia sanitaria para reducir su vulnerabilidad ante la trata y asegurar su protección efectiva. Muchas veces se utilizan casas de abrigo para atenderlo, pero el personal en ellas no está capacitado para ayudarlos a pasar una situación muy traumática, por ello es necesario que cuenten con grupos multidisciplinarios para permitan sanar sus heridas, aprender el idioma, integrarse al sistema educativo y conseguir un nuevo hogar o contactar con sus familiares más próximos.
• Intensificar una respuesta coordinada y consolidada, tanto dentro como fuera de la UE.