Blog - ECCOS e Ideas
Este espacio tiene como objeto promover contenidos, relacionados con la cohesión social, la convivencia y la paz, que generen reflexión, toma de conciencia y debate en las redes sociales desde la ciudadanía participativa.

ECCOS e IDEAS

Por Bárbara Puglisi 7 de julio de 2025
La inteligencia artificial (IA) ha llegado para quedarse. Está revolucionando industrias, automatizando procesos y reconfigurando las habilidades que demanda el mundo laboral. En el campo de la educación, su promesa es seductora: personalización del aprendizaje, mejora de la gestión escolar, detección temprana de dificultades, y reducción de cargas administrativas. Pero esa promesa, en América Latina y el Caribe, todavía tropieza con una realidad desigual y muchas veces precaria. Así lo expone el reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID): “Inteligencia Artificial y Educación: construyendo el futuro mediante la transformación digital”. Este informe no solo diagnostica, sino que interpela. Expone con claridad que la transformación educativa no será posible sin condiciones mínimas: acceso universal a internet, dispositivos adecuados, formación docente, políticas públicas claras y marcos regulatorios éticos. A falta de esto, la IA corre el riesgo de agravar las desigualdades ya existentes en los sistemas educativos más frágiles del continente. La paradoja de América Latina: tecnología sin acceso El dato es contundente: 2 de cada 10 estudiantes en América Latina no tienen acceso a internet en su escuela, y 1 de cada 10 no dispone de un ordenador o dispositivo digital. En países como Honduras, Nicaragua o Bolivia, estas cifras se disparan y muestran una exclusión sistémica. En zonas rurales, la situación es aún más crítica: más del 60% de las escuelas carecen de conectividad regular y fiable, según datos de la UNESCO y del BID. Esto convierte cualquier política de transformación digital en una carrera cuesta arriba. ¿Cómo integrar la IA si ni siquiera hay electricidad constante en muchas escuelas rurales? ¿Cómo formar a docentes en herramientas digitales si no se ha cubierto la alfabetización tecnológica básica? En contraste, Uruguay es una de las excepciones destacadas, gracias al Plan Ceibal (implementado en 2007), que permitió dotar de computadoras y conexión a internet a todos los alumnos del sistema público. Le siguen Chile y Costa Rica, con estrategias progresivas, aunque aún desiguales en zonas rurales. Pero incluso en países como Colombia, Brasil o Argentina, la mayoría de las iniciativas de IA educativa aún están en fase piloto o dependen de ONGs, universidades y alianzas público-privadas. El gran reto es escalar estos proyectos a nivel nacional sin perder de vista la equidad. España: ¿hacia un modelo restrictivo en plena digitalización? Mientras América Latina discute cómo garantizar el acceso básico, España ha tomado una dirección sorprendente: varias comunidades autónomas han aprobado en 2024 y 2025 la prohibición total del uso de móviles y tabletas en las escuelas, tanto en primaria como secundaria. Madrid, Galicia, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Murcia y Cataluña son algunas de las regiones que han adoptado esta medida. El argumento es la creciente preocupación por la salud mental infantil, el acoso escolar digital, la pérdida de atención, y el abuso de pantallas. No es una decisión menor. España ha invertido más de 1.500 millones de euros en digitalización educativa entre 2020 y 2023, incluyendo el reparto de más de 750.000 dispositivos a estudiantes vulnerables. Además, el Plan de Digitalización y Competencias Digitales Docentes (DigCompEdu) busca formar a más de 700.000 docentes antes de 2026. ¿Es contradictorio invertir en digitalización y al mismo tiempo prohibir el uso de dispositivos? La respuesta depende del enfoque. La medida no elimina la educación digital, pero busca que esta se imparta en entornos controlados, con fines pedagógicos claros, y bajo supervisión. Se trata de separar el uso educativo del uso recreativo o social de las pantallas. Sin embargo, hay un riesgo de sobrerreacción si esta prohibición generalizada no se acompaña de una formación sólida en ciudadanía digital, alfabetización mediática y pensamiento crítico. Porque si bien la sobreexposición a las pantallas es un problema real, no se soluciona apartando la tecnología de la educación, sino educando en su uso ético, responsable y creativo. Prohibir sin educar puede ser tan perjudicial como permitir sin regular. Comparación estructural: ¿dos extremos del mismo problema? A primera vista, América Latina y España parecen estar en extremos opuestos. Mientras unos luchan por tener internet, otros por controlar su exceso. Pero en ambos casos, el fondo del asunto es el mismo: cómo integrar la tecnología, incluida la IA, al servicio de una educación más justa, inclusiva y relevante. En América Latina, el 87% de los docentes afirma no sentirse preparado para integrar herramientas digitales complejas en el aula. En España, aunque el nivel de infraestructura es superior, solo el 42% del profesorado se siente cómodo usando tecnologías emergentes como la IA, según un informe de Fundación Cotec de 2024. Esto refuerza una verdad fundamental: la transformación digital no empieza con los dispositivos, sino con los docentes. La IA no reemplaza maestros, los necesita. Y sin una estrategia formativa, todo avance tecnológico será superficial o incluso contraproducente. Un futuro común, si se planifica en serio La IA no es un unicornio tecnológico. Ya está aquí. Pero su potencial depende del contexto y de la estrategia. El informe del BID, al igual que las decisiones recientes en España, nos recuerdan que la tecnología educativa no es neutral ni automática: exige decisiones, inversiones y valores. Las lecciones son claras: Sin acceso equitativo, la IA puede convertirse en un factor más de exclusión. Sin regulación ética, la IA puede vulnerar la privacidad y la seguridad de los estudiantes. Sin formación docente, la IA es solo una promesa vacía. Y sin visión estratégica, la IA educativa es solo una moda pasajera. La pregunta no es si debemos usar la inteligencia artificial en las aulas, sino cómo hacerlo para que nadie quede fuera. América Latina necesita conectividad; España, pedagogía crítica. Pero ambos necesitan un modelo educativo donde la tecnología esté al servicio de la equidad y no del marketing. Como dijo una estudiante colombiana que confundía la IA con “un pato unicornio”: si no explicamos bien, formamos y conectamos, la tecnología en la educación seguirá pareciendo un mito lejano y no una herramienta real para transformar vidas.
Por Carlos Romero M 16 de junio de 2025
La serie de Netflix, Adolescencia, sirvió de referencia para que Eccos de Paz, asumiera el compromiso por 4 semanas de acompañar a varios padres en la reflexión sobre el papel de las redes sociales en los adolescentes en estos tiempos tecnológicos; la serie advierte sobre el uso malicioso de las redes sociales para promover la cutlura Incel y la manosfera principalmente entre los adolescentes. Precisamente el enfoque en los riesgos y amenazas de las redes sociales para los adolescentes de estos tiempos, permite conectar la serie de Netflix con el Día Internacional contra los mensajes de odio, que se celebra el 18 de junio y en ese sentido, consideramos oportuno no dejar pasar la fecha de este día internacional y avanzar en el compromiso que reafirmarmos con la serie de informar y divulgar, reflexionar y debatir sobre las medidas que muchos países están adoptando para enfrentar el uso malicioso de las redes sociales. En España, así como en Australia, Francia, Perú, los gobiernos están asumiendo mendidas para regular el uso de los móviles en los centros educativos y estableciendo una edad límite para poder acceder a las redes sociales. La serie Adolescencia, nos recuerda que el desconocimiento de los padres de lo que sucede en el mundo online; la débilidad en el vínculo parental y la hiperconexión de los padres en las redes sociales, desconectándolos de sus hijos en el mundo offline, potencian los riesgos a los que se exponen los adolescentes en las redes sociales. Además de la necesaria reflexión sobre cómo estamos críando nuestros hijos en casa en cuanto a la relación con la tecnología, la serie, también nos recuerda la necesidad de crear vínculos con los colegios para no sólo trabajar como aliados cuando la situación lo requiera ante conductas que evidencien problemas, sino también, para que trabajar en alianza la educación hacia un uso responsable de la tecnología. Específicamente en el tema educativo, no es suficiente que los colegios garanticen charlas o talleres, es necesario que esos espacios de información, se traduzcan en espacios de acción que en alianza permitan cooperar uno y el otro, desde sus respectivos ámbitos de acción: el hogar y el colegio. En España, la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, en su Preámbulo reconoce que “el uso generalizado de las tecnologías de información y comunicación en múltiples aspectos de la vida cotidiana ha acelerado cambios profundos en la comprensión de la realidad y en la manera de comprometerse y participar en ella, en las capacidades para construir la propia personalidad y aprender a lo largo de la vida, en la cultura y en la convivencia democráticas, entre otros.” Y consciente del impacto personal y social de la tecnología, hace una invitación a una “reflexión ética acerca de la relación entre tecnologías, personas, economía y medioambiente, que se desarrolle tanto en la competencia digital del alumnado como en la competencia digital docente”, en un marco acorde con las recomendaciones europeas. Reconoce el legislador en el Preámbulo, que uno de los enfoques claves para adaptar el sistema educativo a las exigencias de estos tiempos, está en comprender el cambio digital que experimentamos como sociedad y que impacta la actividad educativa. Y nos aclara que cuando se habla de la competencia digital, no se límita al dominio de los diferentes dispositivos y aplicaciones; sino que va más allá, y exige que el sistema educativo garantice “la plena inserción del alumnado en la sociedad digital y el aprendizaje de un consumo responsable y un uso crítico y seguro de los medios digitales y respetuoso con la dignidad humana, la justicia social y la sostenibilidad medioambiental, los valores constitucionales, los derechos fundamentales y, particularmente con el respeto y la garantía de la intimidad personal y familiar y la protección de datos personales.” Y concreto, la Ley exige a las Administraciones educativas, incluir en el desarrollo del currículo la competencia digital, así como los elementos relacionados con las situaciones de riesgo derivadas de la inadecuada utilización de las TIC, con especial atención a las situaciones de violencia en la red, tal y como lo ha dejado expresamente señalado en la Ley Orgánica de Protección de Datos y garantía de los derechos digitales. ¿Cómo se desarrolla la competencia digital en el colegio de nuestros hijos?, creo que es una pregunta que justifica el diálogo entre colegio y padres, para comprender cómo se aborda el tema de la relación con la tecnología, porque el tema no se limita a prohibir o restringir los móviles y las tabletas en colegios, si bien, pasa por esa medida que están adoptando comunidades autónomas, exige también, conocer cómo se maneja en el colegio la competencia digital. En las próximas semanas, durante el mes de junio, Eccos de Paz, avanzará en una campaña que nos permitirá evaluar cómo estamos asumiendo nuestra responsabilidad de ser parte de la solución y no del problema.
Por Carlos Romero M. 28 de mayo de 2025
En 1991 se creó la primera página web, en 1996 apareció hotmail, por lo tanto cuando el politólogo italiano, investigador y pensador Giovanni Sartori (1924-2017) escribió su obra Homo Videns, la Sociedad teledirigida, en 1997, la tecnología estaba dando sus primeros pasos. Con aquél libro, Sartori centró su atención en la televisión, su impacto en la sociedad y asumiendo que su “tesis de fondo es que el vídeo está transformando al homo sapiens, producto de la cultura escrita, en un homo videns para el cual la palabra está destronada por la imagen. Al final de esa obra, Sartori llama a padres y colegios a tomar conciencia sobre el papel de la televisión y procesadores en los colegios, en tal sentido a los padres, le decía que “tendrían que asustarse de lo que sucederá a sus hijos: cada vez más almas perdidas, desorientads, anómicos, aburridos, en psicoanálisis con crisis depresivas y, en definitiva, “enfermos de vacío”. Recomendó reaccionar con la escuela y en la escuela, advirtiendo que había que vetar los televisores y procesadores en las aulas, sólo para el adiestramiento técnico y advierte que la escuela contribuye a crear al vídeo-niño en lugar de darles alternativas. “En la escuela los pobres niños se tienen que divertir. Pero de este modo no se les enseñará ni siquiera a escribir y la lectura va quedando cada vez al margen.” En un texto que considero fácil de leer, en más de 20 capítulos cortos, uno de ellos se lo dedicó exclusivamente al “Internet y cibernavegación” y allí quiero destacar varias ideas que aportó Sartori: En primer lugar, con claridad pudo visualizar que con el avance tecnológico las nuevas fronteras serian el ciberespacio y su lema “ser digitales” y que los “chicos y chicas de hoy”, recordemos que era el año 1997, serian “cibernautas prácticos. En segundo lugar, advirtió que si bien internet debería estimular el crecimiento cultural, en la práctica, podría suceder lo contrario. “Sea como fuere, para los comunes mortales la navegación cibernética es sólo una especie de vídeo-juego. Y si toman esta navegación demasiado en serio, los cibernautas «comunes» corren el riesgo de perder el sentido de la realidad, es decir, los límites entre lo verdadero y lo falso, entre lo existente y lo imaginario. Para ellos todo se convierte en trampa y manipulación y todo puede ser manipulado y falseado.” Entonces afirmó categóricamente que “la facilidad de la era digital representa la facilidad de la droga” y agregó, que la diferencia entre el bien y el mal en ese ciberespacio, estará definida por el mismo usuario, según las razones que le motiven para conectarse al entorno digital”; el internet, decía Sartori podría estimular el crecimiento cultural, pero en la práctica no lo es, porque no todos sus usuarios buscan el conocimiento en internet. Coincide con Sartori, Garry Kasparov, reconocido ajedrecista y embajador de Seguridad de AVAST, quien 10 años después, en un artículo publicado en el 2017, advirtió que internet podría servir para crear, adquirir y distribuir datos, pero también podría ser utilizada para influenciar, monitorizar y perseguir. Esos usos son las dos caras de una misma moneda. La tecnología es agnóstica, dice Kasparov, su poder para promover el bien o mal depende de quien la controle y advierte que como siempre, es una cuestión de valores, las “potencialidades del internet son infinitas, para el bien y para el mal”, afirmó Sartori. Héctor Juanatey en un artículo publicado en el portal Huffpost el 6 de abril 2025, permite reflexionar una de las caras de la moneda llamada internet a través de la serie Adolescencia, y nos dice que la serie de Netflix se "muestra cómo el entorno puede llegar a favorecer, sin quererlo, una evolución violenta. El problema es que hay, como Andrew Tate, personas y movimientos que desean y abogan por este proceso extremista, aprovechándose de jóvenes como Jamie, el protagonista de la serie. Y las grandes plataformas tecnológicas tienen buena parte de responsabilidad." (3) Para Juanatey, la serie se enfoca en las perspectiva de los menores, sus familias y entorno y no lo hace en esos que se aprovechan de la sensación de aislamiento y soledad cuando los niños o adolescentes ocultan su sufrimiento en Internet. El personaje Jamie tiene 13 años, por lo tanto debió haber nacido en el año 2011 o 2012, por lo que pertenece a un período que va va desde el 2010 hasta el 2015, calificado por Jonathan Haidt, autor de un libro titulado La Generación Ansiosa, "la Gran reconfiguración de la infancia", a partir de entonces "los patrones sociales, los modelos de conducta, las emociones, la actividad física e incluso los patrones de sueño de los adolescentes experimentaron una reestructuración radical en el transcurso de sólo 5 años(4). El personaje Jamie si bien no era adolescente en ese período, nace en una sociedad con patrones fuertemente influenciado por una mundo tecnológico que venía arropando más y más a todos en la sociedad, en la cual tanto niños como adultos, aprendían en paralelo, cada uno con su nivel de madurez respectivo a coexistir entre el mundo online y el mundo offline en la dinámica diaria, de alguna forma, ante lo desconocido, los niños de entonces y los adultos quedaron desprotegidos frente a los efectos de la redes sociales y de aquellos que buscan aprovecharse de las ventajas y fortalezas que aportan las redes sociales y el mundo online en general. En otras palabras Jamie representa una generación que no logra comprender el mundo sin la comodidad y beneficios que la tecnología aporta, que además, la hace tan atractiva que como adultos permitimos que nos arrope en el día a día y que se acerque a los más pequeños para ocuparlos o que se entretengan. La serie Adolescencia nos expone una realidad que no es otra que las amenazas que existen en el mundo online y que hoy ponen en riesgo la salud psicológica de nuestros adolescentes; para mís padres, su preocupación estaba en saber con quién estábamos y en qué lugares frecuentábamos a los amigos, ante la amenaza de la droga, pero al final, la casa era el espacio relativamente seguro frente a los riesgos del exterior. Pero ahora, con la tecnología, los riesgos ya están en la casa, son incluso invisibles y desconocidos, pero entran sin permiso, tan pronto el usuario de un móvil, sean niño, adolescente o incluso adulto, decida aventurarse por las redes a explorar lo desconocido. Creo que así como Arnaldo García Pérez, psicólogo y mentor de desarrollo, nos habló en un artículo de colaboración a Eccos de Paz, titulado Hijos que no hablan y Padres que no escuchan, de la necesidad de comunicarnos y acercarnos a los adolescentes, formulando algunas preguntas que debíamos revisar como padres para ver qué tan preparados o dispuestos estamos a ello; debería escribir una nueva versión, en la cual debería plantearse “Hijos que no hablan por estar conectados al mundo online y los Padres que no escuchan por estar conectados a ese mismo mundo online.” En el año 1997 la cultura escrita fue destronada por lo visual, dijo Sartori; 3 décadas después, podríamos decir entonces que experimentamos una etapa en la cual ¿lo presencial fue destronado por lo virtual y la soledad potenciada facilitando el camino a esas amenazas que se aprovechan de la soledad de muchos, no sólo de los adolescentes? Creo que Adolescencia, es una serie que expone una realidad que enfrenta la generación actual de adolescentes, quienes siguen siendo tan vulnerables como lo fuimos en su momento, y así como antes necesitamos del acompañamiento de los padres, hoy sigue siendo una necesidad, pero ahora con el ingrediente que el mundo online puede ser bueno o malo, según nuestros hijos se dejen atrapar y/o nosotros les dejemos arropar o arroparnos. 1. SARTORI, Giovanni. Homovidens. La Sociedad Teledirigida. Taurus. Septiembre 1998. Página 11 2. IDEM Página 150. 3. Idem. Páginas 53-61 4. KASPAROV, Garry. El poder de la tecnología para promover el bien o el mal depende de quien lo controla. 9 de enero 2071. Online en: https://blog.avast.com/es/el-poder-de-la-tecnologia-para-promover-el-bien-o-el-mal-depende-de-quien-la-controla 5. JUANETEY, Héctor. El problema no es Jamie, el protagonista de 'Adolescencia', sino quienes se aprovechan de él y de la soledad de los jóvenes. 06 de abril 2025. En: HUFFPOST Online en: https://www.huffingtonpost.es/politica/el-problema-jamie-protagonista-adolescencia-quienes-aprovechan-el-soledad-jovenes.html
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