Cerramos las reflexiones que
durante este mes de septiembre hemos promovido sobre el Documento del
Secretario General de la ONU sobre las políticas orientadas a enfrentar el
Covid-19 y las personas en movimiento,
con una revisión de los principios
básicos que según el documento deben orientar la respuesta colectiva a los
efectos del Covid-19 en las personas en movimiento.
Son 4 los principios básicos que señala el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, a saber:
1.- Inclusión, pues Guterres es categórico al señalar que la exclusión promueve la vulnerabilidad.
2.- Destaca que las respuestas necesariamente tienen que darse en el marco de los Derechos Humanos.
3.- Nadie está seguro hasta que lo estemos todos, con esta frase introduce Antonio Guterres el tercer principio, claramente esa frase nos permite reflexionar que no estamos solos en el planeta, que nuestras acciones tienen consecuencias, que aislados no podemos vivir y que en consecuencia, en estos momentos, todos somos corresponsables en la tarea de prevenir los contagios y superar los efectos del covid-19.
4.- El último principio, Guterres insiste en la necesidad de mirar a la persona en movimiento en sus distintas dimensiones como un actor efectivo para superar los efectos que el coronavirus en la sociedad.
Estos principios sin duda son generales y responden a un llamado a quienes asumen el manejo de la crisis provocada por el coronavirus, para que en las medidas que adopten no olviden que las personas en movimiento son actores que deben ser considerados, pues ignorarlos puede costar vidas humanas, no sólo porque ellos sean los contagiados, sino porque ellos pueden ser factores de contagios, pues más allá de personas en movimiento, son seres humanos como todos y en la actualidad el virus nos ha demostrado que todos somos vulnerables, no importa la calificación que tengamos como médicos, abogados, nacionales o extranjeros.
Sobre el primer principio, el documento nos señala que la exclusión de las personas en movimiento es exactamente la razón por la que son más vulnerables a la pandemia, y agrega que la exclusión es costosa a largo plazo; mientras que la inclusión, nos compensa a todos.
Para enfrentar la exclusión, Guterres reconoce la necesidad de una respuesta socioeconómica y de salud pública inclusiva, orientada erradicar el virus, reiniciar nuestras economías y seguir avanzando hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Sobre los DDHH como una respuesta
necesaria, Guterres afirma en el documento que muy a pesar de la crisis, las
personas siguen huyendo de la violencia o persecución, por lo tanto la
aplicación de controles fronterizos como han hecho en todos los países, no excluye
y menos aún impide que en un marco de mayor seguridad se sigan respetando los
derechos humanos de las personas en movimiento.
Si bien es cierto el cierre de
las fronteras ha impedido la movilidad de personas, no es menos cierto, que lo
que ha sucedido es un freno temporal a esa movilidad, que se ha visto reducida,
pero no se ha detenido por completo pues los problemas de inmigración ilegal
siguen ocupando esfuerzos importantes en algunas fronteras como es el caso de
las costas españolas.
Sobre el tercer principio,
Antonio Guterres, hace un llamado a no dejar a nadie atrás en este esfuerzo por
hacer frente común al coronavirus, en tal sentido exhorta a que la asistencia
humanitaria vital, los servicios sociales y las soluciones de aprendizaje deben
seguir siendo accesibles para las personas en movimiento, y agrega que para que
todos estemos seguros, debe garantizarse el acceso universal a diagnósticos,
tratamientos y vacunas, sin discriminación alguna en razón de la situación
migratoria.
Ya las personas en movimiento
eran vulnerables antes de la crisis, advierte Guterres, por lo tanto, lejos de
plantear privilegios, como algunos pudieran reclamar, lo que debemos entender,
es que en toda política de prevención y de respuesta al covid-19 las personas en
movimiento no queden excluidas y como ya se señaló previamente, es un llamado
para que entendamos que frente al virus, no hay discriminación, todos somos
vulnerables y todos podemos ser actores de contagio, por eso, resulta oportuno
que en el documento exprese lo siguiente: “no podemos permitirnos dejar a nadie
atrás en nuestros esfuerzos de respuesta y recuperación.”
Por último, a través del cuarto
principio, Guterres, busca reafirmar la necesidad de incluir a las personas en
movimiento en las políticas para enfrentar el coronavirus, es un llamado a no
mirar a las personas que se movilizan como un problema, sino más bien, como un
actor en la solución y como bien lo ha señalado en su documento como un aliado
en beneficio de todos.
En tal sentido, el Secretario
General de la ONU, afirma que la mejor manera de reconocer la importante
contribución de las personas en movimiento a nuestras sociedades durante esta
crisis es eliminar las barreras que les impiden desarrollar todo su potencial.
Eso implica facilitar el reconocimiento y la acreditación de sus
cualificaciones, explorar distintos modelos de vías de regularización para los
migrantes en situación irregular y reducir los costos de transacción de las
remesas.
El tema migratorio en general es
complejo, muy sensible; a diferencia del tema de los refugiados, que sin dejar
de ser sensible, tiene una dinámica muy particular, unos elementos específicos
que le llevan a ser un área más técnica y menos masiva; basta visitar cualquier
aeropuerto internacional de las ciudades más importante de Europa y de américa
para percibir el volumen de movilidad humana que diariamente transitaba de un
territorio a otro, sin contar aquellos que lo hacen o hacían por vía terrestre.
El coronavirus dejó a muchos viajeros varados en otras latitudes, algunos sin recursos para asumir una estadía con duración incierta, otros sin documentación vigente para permanecer en el territorio, simplemente el virus obligó o podría decirse forzó a muchos a no poder regresar a sus hogares, así mismo, en el caso particular de España, el colapso del sistema de previa cita para renovar documentos a quienes están en proceso de solicitud de protección internacional, o que buscan cita para colocar la huella en un procedimiento de extranjería, expone a esos grupos de personas a quedar excluídos de la protección de atención de salud, por lo tanto quien buscaba protección por no lograrla de su estado nacional, se encuentra nuevamente ante una situación mucho más grave, no sólo estará excluido, sino que además, podrá ser calificado, sin ser responsable de la situación, de inmigrante ilegal, si se extiende en el tiempo la situación.
En este sentido, para terminar y atendiendo a los principios señalados por el Secretario General de la ONU, recordemos las palabras de Ola Henrikson, Director de la Oficina Regional de la OIM en Bruselas [1] , cuando señaló que en la Unión Europea “hay total acuerdo en nuestras recomendaciones respecto del hecho de que la recuperación efectiva de esta pandemia dependerá de la efectividad con la cual reiniciemos la movilidad humana y del hecho de incluir en nuestros planes a todas las personas que están en movimiento”.
Para Mónica Goracci, Jefa de la Misión de la OIM en Alemania, que los derechos de las personas en movimiento sean respetados y que puedan ser incluídas en las respuestas sanitarias en estos tiempos de pandemia, es una tarea que depende de cada uno de los gobiernos y precisamente ha quedado claro que el documento del Secretario General sobre las políticas para enfrentar el covid-19 y atender a las personas en movimiento tienen como destinatarios a quienes tienen en sus manos la responsabilidad política de manejar la crisis generada por la pandemia en todas sus dimensiones.
[1] OIM. La OIM a la presidencia del Consejo de la UE: la movilidad humana debe formar parte de la solución para la recuperación del Covid-19. 7 de julio 2020. Online en: https://www.iom.int/es/news/la-oim-la-presidencia-del-consejo-de-la-ue-la-movilidad-humana-debe-formar-parte-de-la-solucion